martes, 28 de enero de 2014

No te echo de menos.

Parada en la ducha pienso en ti, aunque bueno, ¿y cuándo no?
Me he dado cuenta de que no te echo de menos, sino que sin ti, todo es menos, mucho menos.
Será que ya no siento el nerviosismo ese cuando te veo, pero lo que está claro que es porque estamos lejos, aunque te quiera de cerca.
Que lo que si que puedo echar de menos es sotenerte la mirada de la manera que lo hacíamos, olvidando todo alrededor por unos instantes, aunque si fuese de mi elección, no me importaría olvidar el mundo o mi vida por sentir las cosas que siento al mirarte. Que me salga esa sonrisa gilipollas después, y nunca mejor dicho, gilipollas...
Que Fito y Fitipaldis da donde más duele con canciones como la que estoy escuchando: me di cuenta tarde que te perdí por pensar que te tenía...
Y bueno, como siempre, tu llegabas tarde cuando quedabamos, aunque llegases puntual, porque siempre querré que llegues antes. Y yo, una persona exageradamente puntual, llegué muy pronto a tu corazón, pero de lo que no me he dado cuenta que de verdad lo único que importa es llegar, y sobre todo llegar de la manera que lo hiciste tú al mío, ya fuese tarde o temprano, pero lo verdaderamente importante es que llegaste para no irte.

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