domingo, 26 de enero de 2014

Hasta que nos olamos.

Espero tu mensaje, como cada noche, arropada de soledad.
Te espero como se esperan las noches de verano, como esas noches que pasó de todo entre nosotros sin pasar nada.
Porque a veces el silencio también es buena respuesta, aunque luego te quedas inconforme de no haber roto ese silencio con un beso.
Hasta que nos olamos, dijiste.
Supongo que tienes toda la razón, parece que no somos el uno sin el otro, aunque hay días en los que parece que avanzas hacia la calle del olvido. Pero ambos sabemos que en cuanto nos olamos, no importará todo el tiempo que haya pasado, porque las sensaciones son las mismas, y los sentimientos, pues también.
En conclusión, ¿cómo vamos a olvidarnos si ninguno de los dos empieza a hacerlo?
Será eso, que no querer, es no poder. Y que no estar contigo, no tiene por qué significar olvidarte.

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