sábado, 7 de diciembre de 2013

El recuerdo.

Que con este frío lo único que apetece es el calor de tus abrazos, esos que nos dábamos tan inesperadamente que te hacían olvidar el momento que estabas viviendo. Un abrazo que se percibe por los cinco sentidos, un abrazo de esos que no deberían acabar nunca.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Jamás algo que valga la pena será sencillo.

Que la vida sin errores sería tan perfecta que daria asco. Que con los errores es como mejor se aprende.
La vida perfecta no es la que no tiene errores, todo lo contrario, cuantos más errores más lecciones aprendidas, más confianza en ti mismo y sobre todo la motivación de saber que al final lo has conseguido.
Es igual que las relaciones, yo no quiero una relación perfecta, o sí, aunque para mi lo perfecto no es lo mismo que para todos. Para mi las mejores relaciones son las dificiles, esas que ocupan tu mente todo el dia, esas en las que discutes por tonterías, pero sabiendo que después viene lo mejor, la reconciliación y esas en las que hay que darlo todo en cada momento para luchar por seguir juntos, y si un dia acaba, darte por satisfecha de que diste lo mejor de ti.
De ahi la perfección, porque lo perfecto en definitiva es eso, la capacidad de superación de uno mismo, una superación que sólo se logra por lo que verdaderamente quieres, por aquello que no dejarás hasta que lo consigas, por aquello en lo que piensas nada mas despertar. Por eso, jamás algo que valga la pena será sencillo.

Y los sueños, sueños son.

Y sí, una vez más, me paro en el camino a pensar en lo pasado, es inevitable, y en concreto, a pensar en lo que pudo ser y no fue... Una frase que me ha perseguido durante un montón de tiempo y lo seguirá haciendo.
Una vez más escribo por culpa de esa persona que ha cambiado mi vida, la única que lo ha conseguido. Aunque lo que no sé decir si para bien o para mal.
La verdad es que esto de echar de menos es una agonía, y más si se trata de la persona que ocupa tu cabeza las 24 horas del día. Pero también tiene su lado bueno, te hace levantarte cada mañana con la motivación de que queda un poquito menos para verle. Y bueno, está bien saber que de verdad hay alguna persona que merece la pena.
Pero bueno, una vez más me siento a escribir sobre las oportunidades que dejamos pasar. Oportunidades que marcan tu vida y siempre nos quedará la incertidumbre de si se volverán a presentar. Eso sí, si vuelven... Está clarísimo que nos tiraremos de cabeza a por ellas, que perderemos el miedo y lo que haga falta para agarrarnos a esa persona y no dejarla ir nunca. Porque no pasa ni un puto día en el que no piense que me llevé a mi misma la contraria. Yo, que siempre tiro más de corazón, ese día seguí a mi cabeza y me equivoqué. Porque la verdad es, que lo que diga el corazón no siempre es lo correcto, pero siempre será lo que verdaderamente quiero.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Y me habré cansado de esperarte, de perder a solas la razón.

Una noche más, me tumbo en la cama después de el cansado día, o mejor dicho, cansada espera.
Otra vez se esconde el sol, mientras tú, sigues esperando ese mensaje que no llegará. Nos ponemos a pensar y sabemos que lo mejor es que no llegue, llegas a un punto en el que si no puedes mentirte más a ti mismo, mejor es mantenerse callado. Supongo que los sentimientos se irán tarde o temprano, más bien tarde...
Que el tiempo todo lo cura, pero también es cierto, que cuando no queremos curar, las heridas seguirán ahí.
No sé si tardará mucho en desaparecer todo esto, esto de tumbarse cada día a contar los días que pasan y no habéis vuelto a hablar, a recordar lo que pudo ser y no fue, a revivir cada sensación...
Esta era la típica historia perfecta de verano, aquella que esperas durante todo el año y al fin llega, y llega con tanta intensidad que te marca, y, de repente, ya se ha acabado. Y ves que no has aprovechado todo lo que debías, y simplemente te quedarás con esos recuerdos incompletos y las ganas de que se repitan, pero recuerda que ya se ha acabado.
Querido invierno, tú otra vez aquí... Otra vez la misma espera que parece incansable, hasta que después de meses te das cuenta de que esto no va a ninguna parte... Y ya está, uno de los dos sigue su vida como si nada y otro sigue recordando. Y está vez parece que me ha tocado a mi ser la que recuerda, pero como ya he dicho, tarde o temprano desaparecerá y pasará de ser la ilusión de tu día a dia, a ser otro recuerdo más. Hasta entonces, sigo esperando cada noche, cada hora, cada minuto, ese mensaje que no llegará.

Querido invierno, y con él, su lluvia.

Me encanta la lluvia. Me ayuda a recordar y olvidar al mismo tiempo. Ese sonido del agua cayendo sobre los cristales o el suelo de la calle me trae recuerdos, buenos momentos, y a la vez me ayuda a olvidar el momento que estoy viviendo. Me lleva al mundo pasado, donde parece que todo era perfecto, esos momentos que quedarán en un rinconcito de tu cabeza para siempre, y eso es lo importante. Apreciar los pequeños momentos que con el tiempo se van volviendo grandes.
Andar empapada bajo la lluvia creo que es una de las mejores sensaciones que se pueden experimentar en esta vida. Me hace sentir pequeña e insignificante en el mundo, y esto a la vez, es un desafío. El sentirse pequeña ante algo tan grande como puede ser el mundo y aún así salir cada mañana a comérselo con una sonrisa.
Además, parece que llegan las navidades, y estas traen también muchos recuerdos, que aunque sean buenos, llenan de tristeza, debido a que son irrepetibles ya que muchas de esas personas con las que los viviste ya no están contigo, sólo están en tu memoria.
Pero hay que mirar el lado positivo, la Navidad trae también el frío, la lluvia, lo que la gente considera el mal tiempo... Aunque para mí, es el mejor tiempo que puede hacer.
Pues sólo espero que llegue ya ese mal tiempo, ese tiempo que a mi me da la vida.
Así que, que llueva, y que llueva como nunca.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Escribir no falla.

Escribir está bien. Escribir nunca falla, aunque todo lo demás ya haya fallado. Cuando no tienes o quieres contar nada a nadie escribir nunca falla. Pero, ¿escribir sobre qué?
Se supone que escribes para desahogarte y continuar con un poquito de menos peso a la espalda, pero date cuenta que escribir, significa guardar para el recuerdo o la memoria algo que ahora mismo está en tu cabeza pero que quieres olvidar.
Lo que vengo a decir con esto, es que a veces no ves la salida a la misma mierda de siempre, y es verdad, a veces no la tiene. Pero siempre se puede apartar un poco y salir adelante y escribir puede ayudarte a darte cuenta de que sigues dándole importancia a algo de lo que deberías empezar a pasar.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Y la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido.

Que razón tiene Joaquín Sabina... La vida sigue porque eso es inevitable, aunque a veces la vida no sigue, sólo pasan los días, y tú sigues atascado en momentos; momentos que ahora son recuerdos difíciles de olvidar.
Supongo que avanzamos porque es lo que toca y no hay más, pero por mucho que queramos continuar, avanzaremos con sentimientos, palabras, recuerdos, besos y abrazos cargados encima que dificultarán un poco el camino.
Que nadie sabe lo difícil que es encontrar a alguien con quien conectes de verdad, alguien que llegue y rompa todos tus esquemas, esa persona por la que cambias todo y luego te preguntas por qué o para qué.
Que yo soy de arriesgarlo todo si algo me merece la pena (o mejor dicho la alegría) y así lo hice. Yo, una persona desconfiada, dejé eso al lado y decidí darle una oportunidad al querer, y para variar me choqué con el mismo muro de siempre: el miedo a enamorarse.
Aunque he de aclarar que ahora es más bien miedo a desenamorarse.
Y aquí acaba la breve historia de algo que nunca sucedió, pero al fin y al cabo, es a lo que más importancia le damos, a esas historias que pudieron ser y no fueron.