jueves, 5 de diciembre de 2013

Jamás algo que valga la pena será sencillo.

Que la vida sin errores sería tan perfecta que daria asco. Que con los errores es como mejor se aprende.
La vida perfecta no es la que no tiene errores, todo lo contrario, cuantos más errores más lecciones aprendidas, más confianza en ti mismo y sobre todo la motivación de saber que al final lo has conseguido.
Es igual que las relaciones, yo no quiero una relación perfecta, o sí, aunque para mi lo perfecto no es lo mismo que para todos. Para mi las mejores relaciones son las dificiles, esas que ocupan tu mente todo el dia, esas en las que discutes por tonterías, pero sabiendo que después viene lo mejor, la reconciliación y esas en las que hay que darlo todo en cada momento para luchar por seguir juntos, y si un dia acaba, darte por satisfecha de que diste lo mejor de ti.
De ahi la perfección, porque lo perfecto en definitiva es eso, la capacidad de superación de uno mismo, una superación que sólo se logra por lo que verdaderamente quieres, por aquello que no dejarás hasta que lo consigas, por aquello en lo que piensas nada mas despertar. Por eso, jamás algo que valga la pena será sencillo.

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