miércoles, 13 de noviembre de 2013

Y la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido.

Que razón tiene Joaquín Sabina... La vida sigue porque eso es inevitable, aunque a veces la vida no sigue, sólo pasan los días, y tú sigues atascado en momentos; momentos que ahora son recuerdos difíciles de olvidar.
Supongo que avanzamos porque es lo que toca y no hay más, pero por mucho que queramos continuar, avanzaremos con sentimientos, palabras, recuerdos, besos y abrazos cargados encima que dificultarán un poco el camino.
Que nadie sabe lo difícil que es encontrar a alguien con quien conectes de verdad, alguien que llegue y rompa todos tus esquemas, esa persona por la que cambias todo y luego te preguntas por qué o para qué.
Que yo soy de arriesgarlo todo si algo me merece la pena (o mejor dicho la alegría) y así lo hice. Yo, una persona desconfiada, dejé eso al lado y decidí darle una oportunidad al querer, y para variar me choqué con el mismo muro de siempre: el miedo a enamorarse.
Aunque he de aclarar que ahora es más bien miedo a desenamorarse.
Y aquí acaba la breve historia de algo que nunca sucedió, pero al fin y al cabo, es a lo que más importancia le damos, a esas historias que pudieron ser y no fueron.

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